SECCION MADRID SUR

jueves, 3 de abril de 2014

Analisis de la sociedad

Dicen que la ilusión es lo último que se pierde.

Al observar y escrutar la sociedad que nos rodea, es prácticamente ficticio recabar alguna migaja de motivación en una población vacía de valores y principios. Una sociedad encadenada a la supervivencia del día a día, donde no tiene interés el mañana y mucho menos el ayer.

Todo lo vivido a lo largo de los siglos en nuestro país, aquello que dejó impresa una huella en nuestra sangre, convirtiendo al pueblo español en la más noble y valiente estirpe, envidiada en el mundo entero y repudiada de manera vil y cainita dentro de nuestras propias fronteras, infinitas en Europa y allende del mar en épocas donde el sentimiento y orgullo de ser español no conocía la puesta del sol que lo iluminaba. Aun tan ideal, deja paso a una leve sensación, a un leve vestigio en la memoria colectiva, donde la vergüenza es el principal sentimiento que aflora cuando se profundiza en la historia de todas las Españas habidas en los tiempos.

Es fácil cuestionarse... sin historia ni destino, ¿Qué es lo que nos queda?.

Una época gobernada por el esclavismo económico y la usura, donde el sionismo ha creado su particular paraíso a costa de eliminar todo sentimiento y cultura patriota. A sangre y fuego.

Sangre que tiempos atrás, fue derramada por pueblos que entendieron que los valores y principios de una nación, de su nación, están por encima de los intereses económicos. Ellos, que nunca estuvieron al lado del sol que más calienta sino frente a él, alimentando y respaldando aquello que niegue el poder corruptor, ya sea personas, instituciones, gobiernos y sociedades que adoran a su monetario profeta, aquél que traerá consigo el nuevo orden mundial, donde la circuncisión será la marca de los elegidos.

"España, será lo que los españoles quieran que sea"…frase muy socorrida por los representantes del nuevo orden en nuestro país. País, cuyo desmembramiento es financiado, apoyado y dirigido por ellos mismos, esclavos de su servidumbre. Altavoz propagandístico de la élite usurera, engranajes de una apisonadora de sueños.

Es precisamente la falta de ilusión de una sociedad enferma terminal, la que produce la grandeza de los enemigos de España, los cuales incitan a las mentes débiles a extirpar ideológicamente esa memoria colectiva que nos hermana a todos, ingeniando diferencias que sólo existen en sus mentes, creando castillos en las nubes, pero que en el fondo, son conscientes de su existencia y de tal manipulación.

Qué solo hace falta motivación, conocimiento de nuestro pasado e ilusión en nuestro porvenir, para que aquel sentimiento habido en las Españas que fueron grandes vuelvan a reencontrarse. Donde la identidad de todas ellas quepa en el seno del renacer, como siempre fue, y que vuelva a forjar la grandeza espiritual del pueblo español.

Todos los que nos sentimos orgullosos de lo que somos, tenemos por delante una lucha, la cual, cada día que pasa, es más irrenunciable. Hacer grande a la patria que nos ha visto nacer, la tierra de nuestros antepasados y la herencia que dejaremos a nuestra descendencia. La causa que todos apoyamos y por la cual somos repudiados a ojos públicos, cegados por el cristal de la ignorancia, la pereza en la no búsqueda y el rechazo a analizar objetivamente que sucede delante de sus propias narices.

Debemos levantar la voz contra la injusticia social, la injusticia contra nuestra sangre, equiparando nuestros derechos como españoles y como trabajadores, a los de aquellos que acuden a parasitar de nuestro sacrificio y cuyos "beneficios", no reportan en ganancias hacia el país que los acoge sin dilaciones.

Es un gasto continuo que recae sobre nuestra espalda y que nos pisa con vil dureza. La inmigración masiva que sufrimos no solo responde a intereses económicos, donde la nueva mano de obra sustituye a la autóctona, donde todo es más rentable para quién explota esa escasa producción, donde los derechos como trabajadores se convierten en papel mojado, y el trabajo destinado a convertir en personas dignas al obrero, es otro instrumento de esclavitud, que conlleva el exterminio cultural y racial de la nación. No existe integración de los inmigrantes que nuestro país acoge, importan sus culturas, pobres en sí mismas, e impuestas en nuestra tierra, con el beneplácito gubernamental y asociaciones que persiguen nuestra causa, que no por ser más perseguida dejará nunca de ser justa.

Nuestra causa se retroalimenta de la voluntad y sacrificio de los españoles orgullosos de serlo. Siendo el principal escollo para convencer a las masas acomodadas. Sin ser conscientes de ello, en constante supervivencia.

Un país grande, hará grande a una Europa diferente a la débil y miserable, infectada de principios sionistas, como es la actual, destinada a su desaparición cultural y étnica en manos de los intereses que mueven los hilos, y cuyo fin, es el ocaso de la Europa de las naciones soberanas, siendo la mayor bomba de relojería, la integración ilegal y legal de ciudadanos de otros continentes.

Ante tal problemática, ante tal análisis critico y transparente de la nación, nuestra nación, solo impera un sentimiento, la ruptura del silencio y la completa manifestación del orgullo por aquello que fuimos. Porque aún podemos hacer frente a lo que venga, porque nuestra ilusión, es más fuerte que su poder.

ADELANTE POR ESPAÑA!

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